viernes, 25 de abril de 2008

I po’ihápe oso la piola

(Berlín) - 24/04/2008 - Las cuentas no salen. Y los expertos del Bundesbank y del Ifo, el Instituto de Investigación Económica de Munich, han lanzado el grito de alarma... Para poder seguir pagando las pensiones actuales, la edad de jubilación se debe aumentar hasta los 68 años y medio. Ya no se puede mantener –dicen- el principio "a igual número de años trabajados igual jubilación" porque cada vez hay más esperanza de vida y porque las cotizaciones no dan abasto para satisfacer tanta demanda.

Bueno. Esto que vamos a ver ahora tiene que ver con la noticia alemana, el otro día habíamos recibido la visita de los directivos de nuestra caja de jubilaciones quienes nos habían dicho que debido a un error actuarial existe un cierto faltante de dinero. (La prensa decía: Caja de Itaipu perdió más de 137.000 millones en ejercicio 2006 )

Explicaron que cuando el actuario calculó el monto de conformación inicial, de la caja, había estimado que la esperanza de vida de los funcionarios sería 72 años. El tiempo se encargó de demostrar que este señor se había quedado corto. De acuerdo a las estadísticas que maneja la caja, la esperanza de vida de los funcionarios pasó a ser de 84 años. El actuario erró por 12 años.

¿12 años es mucho? ¿Es poco? Y bueno es exactamente el doble de la esperanza de vida después de los 60 años (72 – 60 = 12 y 84 – 72 = 12).

En términos actuariales es muchisimo. Son 144 pensiones adicionales para cada jubilado, que inicialmente no estaban previstas. Como el número de jubilados aumenta, también aumenta este faltante.

Aquí lo que realmente importa es: ¿Quién va a pagar por este error?
Se podría decir que existen muchas posibles salidas a este impase.
a) Que la empresa realice un deposito suplementario para corregir este faltante;
b) Que los empleados y/o la empresa incrementen sus aportes.
c) Que los empleados reciban sus pensiones, solamente hasta los 72 años como inicialmente previsto;
d) Que se reduzca el monto de la pensión (¿a la mitad?) de manera a compensar que la esperanza de vida luego de los 60 años se haya duplicado.
e) Aumentar el tiempo laboral de cada trabajador, aumentando así la cantidad de dinero que éste aporta. Y al mismo tiempo, disminuir el tiempo en que este va a recibir su pensión. Se gana de los dos lados a costa del empleado.

Es decir que si un empleado, que aportó durante 30 años, se jubila a los 60 años y vive hasta los 84 años, recibirá su pensión por 24 años.
En la nueva situación, este empleado aportaría 35 años, jubilándose a los 65 años y recibiría pensión solamente por 19 años.
f) Una combinación de todos ellos.
Por lo tanto, señores, prepárense para escuchar en los próximos años la noticia de que la edad jubilatoria se incrementa en 5 años y que los aportes se incrementan al 10% y que solo se pagará el 75% del salario en vez de los 80% que vienen pagándose actualmente y que en cualquier caso solo se abonará la pensión hasta los 80 años. En otras palabras: I po’ihápe oso la piola.

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